La rutina era la misma: hacer cola para salir por una puerta verde, pintada ya muchas veces, se podía ver lo grueso de la capa de las diferentes pinturas; siempre cerrada a la mitad, con un vigilante de seguridad privada a un lado y al otro el portero. A veces los dos estaban al mismo lado, siempre viendo que no llevaras pertenencias del institutos u objetos sospechosos, si te veían con bultos sospechosos te sacaban de la fila y te registraban.
Afuera casi siempre había agentes de la PNC, entre dos y cinco. A veces revisaban por grupos grandes y otras veces solo aislaban a uno para registrarlo. Yo casi no tuve problemas con los de adentro, ni con los de afuera. Ya iba a segundo año y había tenido muchas malas experiencias en primer año como para seguir igual.
Pero todo mi cambio empezó por una serie de cosas que se dieron en mi vida, todas unidas, una tras de otra y sin resolver una ya tenia dos, tres, cuatro.
Ese día salí, hice la rutina pero cambie una cosa, la parada donde esperaba el microbus. Iba hablando con un compañero de sección, usábamos la misma ruta, solo que el iba mas lejos y yo me bajaba mas adelante para abordar otra. El esperaba el microbus tres cuadras después de donde yo acostumbraba, se le hacia mejor porque talvez podía encontrar un asiento vacío para su largo viaje, en cambio donde yo la esperaba a veces ya iba lleno el microbus.
No recuerdo que hablábamos, pero era interesante, así que lo acompañé hasta donde el esperaba el microbus, afuera de la terminal de occidente. Media cuadra después de la entrada de la terminal. En mi primer año de bachillerato, tuve problemas con los estudiantes de mi instituto por ser un poco diferente a ellos. La gran mayoría de ellos provenían de familias de muy escasos recursos y yo tenia lo necesario. Casi siempre me miraban como otro ser, como un niño, como si yo no entendiera de lo que hablaban y hacían.
Todo esto me llevo a querer ser como ellos, querer ganarme mi lugar entre ellos. Por eso fue que cometí muchos errores. Hasta la fecha me arrepiento de muchos actos. Actos que me fueron convirtiendo en una persona nerviosa y desconfiada. Siempre pensaba que a los estudiantes de los institutos que mataban era porque algo habían hecho y, por desgracia, un día se topaban con alguien que quería vengar sus actos y hasta ahí llegaba su vida.
La verdad es que no siempre a los estudiantes los asesinaban por vengar a actos que estos habían cometido, a veces era venganza por actos que otros habían cometido. También estaba la posibilidad que por problemas con maras, porque la mayoría de los que estudiaban ahí, tenían un familiar, un conecte, un vínculo con las maras. No se por que se asocia delincuencia con pobreza. Algunos apoyan este pensamiento y otros no, yo lo apoyo. Una parte de la delincuencia se da a través de los pobres debido a los ricos, ahí me di cuenta que muchos de ellos tienen problemas psicológicos, bajo autoestima, envidias, etc. No son problemas graves, pero si notables, pero todo esto se debe a la ambición de los dos lados.
Yo había tenido problemas adentro y afuera del instituto y eso me hacia estar mas nervioso, todavía a veces me siento así. Pero ese día que caminaba con mi compañero a su acostumbrada parada, yo estaba despreocupado, sin nervios, caminaba, miraba abajo, lo miraba a él y apreciaba el color del cielo, que era el que mas me gustaba. En el transcurso del año se ve de diferentes colores, pero ese día, al mirar al cielo, en aquella ya un poco oscura tarde, a las 6 con unos minutos, se podía ver lo inmenso que verdaderamente es el cielo, se veía mas grande, mas titánico de lo normal, mas imponente; con un color rojizo de fondo, pintado con pinceladas de lado a lado que tapaban las nubes con partes blancas y partes grises que cubrían algunas partes del rojizo cielo.
Seguíamos caminando y llegamos a un punto donde no mucho puede apreciarse el cielo por la posición de los edificios, no se porque razón mi compañero se adelanto, cruzo rápido la calle de la entrada de la terminal. Había mucha gente a todo el alrededor por la hora. Yo caminaba lento, por lo pesado del día me sentía cansado. Cuando iba justo al centro de la calle vi un taxi llegar a gran velocidad y detenerse frente a mí, me di la vuelta, y sin ninguna preocupación, más tranquilo que nunca, me quede viéndolo. Un hombre tenía una mano afuera, yo no había visto bien su mano, abrió la puerta de adelante y se bajo, la mano jamás la bajo. Mientras se bajaba a gran velocidad, note que lo que sostenía en la mano era un revolver. Me seguía apuntando y yo seguía sin hacer nada, en otras ocasiones similares había corrido, me había agachado, había hecho algo. No se porque no hice nada, hasta que el hombre estaba parado un poco adelante del taxi sin bajar su mano, pensé lo único en esos largos segundos: hoy me toco. Pero me sentí tan relajado, siempre le había tenido miedo a la muerte y por eso las otras ocasiones había corrido.
En otras ocasiones que me había sentido cerca de la muerte, había pedido ayuda a Dios en mi mente, como cuando casi me asfixio por un golpe muy fuerte en el pecho, no podía respirar, y mientras sentía que me quedaba sin fuerzas antes de desmayarme había pedido en mi mente ayuda a Dios, cuando todavía creía que Dios me escuchaba. No estoy diciendo que no exista, solo que he tenido experiencias muy tristes con él.
Recuerdo que el hombre miro de reojo hacia atrás para ubicar el taxi de donde se había bajado, corrió hacia la puerta, se subió y se fueron con la misma prisa con la que habían llegado. Vi que atrás de mí venia un bus a la salida de la terminal. Camine y al otro lado de la calle me encontré con mi compañero y con la mirada nos comunicamos algo como diciendo ¿viste eso?, Que raro verdad. En el momento no terminaba de analizar la situación, seguía tan tranquilo.
Adelante, ya en la parada, se detuvo otro taxi de una manera como desesperada. Hasta entonces reaccione y pensé que podrían ser los mismos. Era otro hombre, se veía pálido, preocupado, desesperado. Se bajo de un salto con unas maletas en las manos y corrió hacia las ventas que están alrededor de la terminal, como queriendo despistar.
En ese momento logré unir los dos hechos que acaban de suceder, entendí que el que iba persiguiendo por alguna razón se había adelantado y el perseguido había llegado después.
No se por que me hizo reflexionar un hecho que no tenia que ver con la consecuencia de mis actos, en otras ocasiones había estado frente a problemas que eran las consecuencias de mis actos y no había pensado en cambiar, solo me había asustado, pero desde ese día empecé a pensar de manera diferente.
http://www.youtube.com/watch?v=ij6EhFWNdxQ
Afuera casi siempre había agentes de la PNC, entre dos y cinco. A veces revisaban por grupos grandes y otras veces solo aislaban a uno para registrarlo. Yo casi no tuve problemas con los de adentro, ni con los de afuera. Ya iba a segundo año y había tenido muchas malas experiencias en primer año como para seguir igual.
Pero todo mi cambio empezó por una serie de cosas que se dieron en mi vida, todas unidas, una tras de otra y sin resolver una ya tenia dos, tres, cuatro.
Ese día salí, hice la rutina pero cambie una cosa, la parada donde esperaba el microbus. Iba hablando con un compañero de sección, usábamos la misma ruta, solo que el iba mas lejos y yo me bajaba mas adelante para abordar otra. El esperaba el microbus tres cuadras después de donde yo acostumbraba, se le hacia mejor porque talvez podía encontrar un asiento vacío para su largo viaje, en cambio donde yo la esperaba a veces ya iba lleno el microbus.
No recuerdo que hablábamos, pero era interesante, así que lo acompañé hasta donde el esperaba el microbus, afuera de la terminal de occidente. Media cuadra después de la entrada de la terminal. En mi primer año de bachillerato, tuve problemas con los estudiantes de mi instituto por ser un poco diferente a ellos. La gran mayoría de ellos provenían de familias de muy escasos recursos y yo tenia lo necesario. Casi siempre me miraban como otro ser, como un niño, como si yo no entendiera de lo que hablaban y hacían.
Todo esto me llevo a querer ser como ellos, querer ganarme mi lugar entre ellos. Por eso fue que cometí muchos errores. Hasta la fecha me arrepiento de muchos actos. Actos que me fueron convirtiendo en una persona nerviosa y desconfiada. Siempre pensaba que a los estudiantes de los institutos que mataban era porque algo habían hecho y, por desgracia, un día se topaban con alguien que quería vengar sus actos y hasta ahí llegaba su vida.
La verdad es que no siempre a los estudiantes los asesinaban por vengar a actos que estos habían cometido, a veces era venganza por actos que otros habían cometido. También estaba la posibilidad que por problemas con maras, porque la mayoría de los que estudiaban ahí, tenían un familiar, un conecte, un vínculo con las maras. No se por que se asocia delincuencia con pobreza. Algunos apoyan este pensamiento y otros no, yo lo apoyo. Una parte de la delincuencia se da a través de los pobres debido a los ricos, ahí me di cuenta que muchos de ellos tienen problemas psicológicos, bajo autoestima, envidias, etc. No son problemas graves, pero si notables, pero todo esto se debe a la ambición de los dos lados.
Yo había tenido problemas adentro y afuera del instituto y eso me hacia estar mas nervioso, todavía a veces me siento así. Pero ese día que caminaba con mi compañero a su acostumbrada parada, yo estaba despreocupado, sin nervios, caminaba, miraba abajo, lo miraba a él y apreciaba el color del cielo, que era el que mas me gustaba. En el transcurso del año se ve de diferentes colores, pero ese día, al mirar al cielo, en aquella ya un poco oscura tarde, a las 6 con unos minutos, se podía ver lo inmenso que verdaderamente es el cielo, se veía mas grande, mas titánico de lo normal, mas imponente; con un color rojizo de fondo, pintado con pinceladas de lado a lado que tapaban las nubes con partes blancas y partes grises que cubrían algunas partes del rojizo cielo.
Seguíamos caminando y llegamos a un punto donde no mucho puede apreciarse el cielo por la posición de los edificios, no se porque razón mi compañero se adelanto, cruzo rápido la calle de la entrada de la terminal. Había mucha gente a todo el alrededor por la hora. Yo caminaba lento, por lo pesado del día me sentía cansado. Cuando iba justo al centro de la calle vi un taxi llegar a gran velocidad y detenerse frente a mí, me di la vuelta, y sin ninguna preocupación, más tranquilo que nunca, me quede viéndolo. Un hombre tenía una mano afuera, yo no había visto bien su mano, abrió la puerta de adelante y se bajo, la mano jamás la bajo. Mientras se bajaba a gran velocidad, note que lo que sostenía en la mano era un revolver. Me seguía apuntando y yo seguía sin hacer nada, en otras ocasiones similares había corrido, me había agachado, había hecho algo. No se porque no hice nada, hasta que el hombre estaba parado un poco adelante del taxi sin bajar su mano, pensé lo único en esos largos segundos: hoy me toco. Pero me sentí tan relajado, siempre le había tenido miedo a la muerte y por eso las otras ocasiones había corrido.
En otras ocasiones que me había sentido cerca de la muerte, había pedido ayuda a Dios en mi mente, como cuando casi me asfixio por un golpe muy fuerte en el pecho, no podía respirar, y mientras sentía que me quedaba sin fuerzas antes de desmayarme había pedido en mi mente ayuda a Dios, cuando todavía creía que Dios me escuchaba. No estoy diciendo que no exista, solo que he tenido experiencias muy tristes con él.
Recuerdo que el hombre miro de reojo hacia atrás para ubicar el taxi de donde se había bajado, corrió hacia la puerta, se subió y se fueron con la misma prisa con la que habían llegado. Vi que atrás de mí venia un bus a la salida de la terminal. Camine y al otro lado de la calle me encontré con mi compañero y con la mirada nos comunicamos algo como diciendo ¿viste eso?, Que raro verdad. En el momento no terminaba de analizar la situación, seguía tan tranquilo.
Adelante, ya en la parada, se detuvo otro taxi de una manera como desesperada. Hasta entonces reaccione y pensé que podrían ser los mismos. Era otro hombre, se veía pálido, preocupado, desesperado. Se bajo de un salto con unas maletas en las manos y corrió hacia las ventas que están alrededor de la terminal, como queriendo despistar.
En ese momento logré unir los dos hechos que acaban de suceder, entendí que el que iba persiguiendo por alguna razón se había adelantado y el perseguido había llegado después.
No se por que me hizo reflexionar un hecho que no tenia que ver con la consecuencia de mis actos, en otras ocasiones había estado frente a problemas que eran las consecuencias de mis actos y no había pensado en cambiar, solo me había asustado, pero desde ese día empecé a pensar de manera diferente.
http://www.youtube.com/watch?v=ij6EhFWNdxQ
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